Éxito y frustración: dos palabras que se utilizan mucho en nuestra sociedad actual, en la mayoría de ocasiones es el fracaso la, palabra, que va asociada con el éxito, y es el manejo de la frustración la que nos lleva a ambos casos. Trazarse objetivos es primordial en esta vida y de eso dependerán nuestras decisiones, pero, muchas veces, en medio de nuestros estados ansiosos o depresivos, pensamos que tanto nuestras metas como nuestras decisiones valen menos, trastorno depresivo, o muchísimo más, trastorno de ansiedad, de lo que realmente valen. Lo importante y primordial, podríamos pensar, es salir de ese nivel bajo en el que nos encontramos…es correcto y válido, claro que sí, pero la esencia se encuentra en las pequeñas acciones que hacemos para manejar nuestra frustración.
Comenzar a entender nuestras prioridades en la relación con las demás personas y el entorno en el que vivimos nos hará entender por qué esas palabras, éxito y frustración, son tan mal utilizadas. Actualmente, vivimos en un mundo globalizado, consumista y los valores, hoy en día, son cada vez menos comunes, muchos de estos los aprendemos en casa, en la escuela y/o en nuestro entorno, y, a veces, parecemos enfocarnos y preguntarnos, por qué en algunos hogares, aparentemente, estables y de familias unidas, hay hijos que sufren y se quejan por cosas, que a nuestro parecer son, tan insignificantes; es cierto, la nueva generación digitalizada, viene con menor adaptación para enfrentar los fuertes problemas de la vida real, quizás, en parte, porque viven más en la tecnología que en el verdadero mundo. Y por eso, corren mayor riesgo de caer en estados de depresión o ansiedad. Pero querer juzgar las situaciones de los demás, no debe de quitarnos la paz, ni desenfocarnos de lo primordial. La manera en cómo podamos definir nuestras acciones, y estar consciente de ellas, será un factor positivo para luchar en contra de nuestra ansiedad y depresión.
La presión social a la que nos sometemos- o sin querer, muchas veces, nos pudieron someter nuestros padres- está relacionada con nuestro “éxito”, porque la sociedad quiere esto de ti, o quiere aquello otro, porque debes de estar preparado académica e intelectualmente para la vida, con varios títulos, maestrías y doctorados; también debes tener cierta cantidad de viajes antes de morir o cumplir con toda una lista de requisitos impuestos por la sociedad. No es que tener esas aspiraciones esté mal, pero, lo que sí está mal es frustrarnos y decepcionarnos de nosotros mismos al incumplir con una de estas exigencias, muchas veces absurdas, que nos imponemos porque erróneamente pensamos y consideramos que el no tener lujos, placer o una vida sobrada de comodidades es visto como sinónimo de fracaso y antónimo del éxito.
El éxito no está relacionado directamente con el dinero, sino con la forma de poder afrontar las situaciones y en ese momento en el que tú comienzas a mejorar o a decidir luchar por tu trastorno, depresivo o de ansiedad, en ese momento ya estás a un paso del éxito porque has dejado a un lado, o al menos por ese día, ese sentimiento que te frustra por sentirte diferente. Lo importante es luchar, convencerte de que al lado tuyo hay muchas personas que, como tú, también están dando su batalla, que día a día, hora a hora luchan por mejorar sus vidas. Trata de ver algo positivo, no de sentirte mal, inútil o débil, porque otras personas, aparentemente, o al menos a tus ojos, han salido adelante con menos cosas que tú, no se trata de eso, se trata de vivir con planes hechos a nuestra medida y a nuestro alcance, con sueños nuestros, y no impuestos por los demás, con saber que hay tres pilares fundamentales para nuestros casos: Dios, Terapia y Medicamento.
Tienes que saber que dar el paso de pedir ayuda no es de débiles, sino de fuertes y valientes, que no estás loco al sentirte mal, que el no poder compartir, en ocasiones, con alguien más es parte de tu padecimiento, como una vez el doctor se lo dijo a mi madre “su hijo no está incapacitado, su hijo es inteligente y podrá salir adelante, así que no se sienta culpable por lo que siente”. Esas palabras son una muestra de que los especialistas están preparados para ti o para mí. Recuerda, que de tu carácter dependen todas tus ambiciones y frustraciones, el poder pensar que tienes éxito o fracaso, y sobre todo, y lo que es verdaderamente válido, para seguir caminando y avanzando por esta vida, es necesario trazar retos y objetivos que te ayuden a crecer como humano. Por ejemplo, si tus ataques de pánico por ansiedad evitan que puedas relacionarte con personas, comienza por buscar a una sola persona. No tengas miedo de tener rutinas para sentirte a salvo, en general: ¡No tengas miedo!, es difícil claro, lo sé por experiencia propia, pero es posible salir victoriosos. Ánimo, que sí se puede, campeón.