Actualmente el suicidio es la segunda causa de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años[1]. Según la Organización Mundial de la Salud, se registran 800, 000 suicidios cada año, es decir que cada 40 segundos, en alguna parte del mundo, hay una persona que decide quitarse la vida. Estadísticas indican que por cada suicidio adolescente consumado, existen 25 intentos de suicidio.
En países tan conservadores como el nuestro y en los que este tipo de temas están tan estigmatizados, solemos creer que esta realidad es ajena a la nuestra y que esos problemas solo se ven en las series adolescentes y polémicas como 13 Reasons Why o en países más avanzados. Sin embargo, el 79% de los suicidios son ejecutados en países de ingresos bajos y medianos, categoría en la que está nuestro querido pulgarcito.
La tragedia de la muerte de un hijo, ya de por sí, resulta abrumadora y devastadora. Si el caso es suicidio, aparte del dolor de la pérdida, proviene una duda desgarradora para los seres queridos: ¿Pude haber hecho algo para evitar que decidiera terminar con su vida?
Aprender más acerca de los factores que podrían llevar un adolescente al suicidio podría ayudar a prevenir más tragedias. Aunque no siempre se puede impedir, siempre es buena idea informarse y tomar medidas para ayudar a un adolescente con problemas.
Las cantidades de suicidios varían por género. Las jóvenes intentan suicidarse dos veces más que los varones. Sin embargo, ellos fallecen por suicidio cuatro veces más que ellas.
¿Cuándo los adolescentes están en riesgo de suicidarse?
Los motivos detrás del suicidio o intento de suicidio en adolescentes pueden ser complejos, muy atrás dejó usted esa época y, al igual que a mí, puede que le resulte difícil recordar cómo se sentía ser adolescente. El adolescente, tal y como nos indica su etimología proveniente del participio presente activo del verbo latino adolescere: crecer o desarrollarse, es un humano en proceso de crecimiento, que en ese transcurso puede sentirse en un área gris entre la niñez y la edad adulta. La adolescencia es, por tanto, una etapa que viene rodeada por un mundo de nuevas posibilidades: indentidad sexual, relaciones sociales y necesidad de independencia; sin embargo, de la mano, conlleva mucho estrés y preocupación por adaptarse socialmente, más un conflicto por las reglas y expectativas que las autoridades, llámese padres y/o profesores, establecen. En medio de este caos interno el adolescente está formando su futura identidad de adulto, por eso es importante que usted de padre le ofrezca apoyo y empatía.
Los factores que aumentan el riesgo de suicidio entre adolescentes incluyen:
- Pasar por cambios fuertes en su vida, tales como: el divorcio de sus padres, mudanzas, un padre que migra por darle un mejor futuro económico a sus hijos, la separación de los padres, o cambios financieros.
- Aquellos quienes son víctimas de intimidación, acoso o bullying.
- Jóvenes con sentimientos de angustia, irritabilidad o agitación. Sentimientos de desesperanza y complejo de inferioridad.
- Intento previo de suicidio.
- Abuso emocional, físico o sexual.
- Aislamiento social.
- Hacer frente a homosexualidad en una familia o comunidad que no lo apoya o en un ambiente escolar hostil.
- Jóvenes con problemas de salud mental: como ansiedad, depresión, trastorno bipolar, consumo de drogas y alcohol. El 95% de los jóvenes que fallecen por suicidio tienen al menos un trastorno psicológico al momento de morir.
Señales de advertencia
Las personas que consuman el suicidio, tanto adolescentes como adultos- y sin excepción alguna-, siempre presentan señales previas o de advertencia.
Los adolescentes que piensan en suicidarse podrían:
- Mencionar el suicidio o la muerte en general.
- Insinuar que ya no estarán más.
- Mencionar los sentimientos de desesperanza o de culpa.
- Retraerse de amigos o de la familia. Es normal que los adolescentes quieran pasar menos tiempo con su familia, debido a todos los cambios hormonales que están experimentando. Sin embargo, no es normal que se alejen también de sus amigos.
- Perder el deseo de participar en cosas o actividades predilectas.
- Tener dificultades para concentrarse o pensar con claridad.
- Mostrar cambios en hábitos de alimentación o de dormir.
- Participar en comportamientos riesgosos.
- Perder interés en la escuela o en los deportes.
¿Qué pueden hacer los padres?
Es importante que los padres conozcan las señales de advertencia de manera que los adolescentes con tendencias al suicidio puedan obtener la ayuda que necesitan. Puede que su hijo no presente todas las señales, con tres señales, que experimente, ya es cuestión de alarma.
Algunos adultos piensan que los jóvenes que dicen que se van a lastimar o a matar lo dicen sólo para llamar la atención, esto no es cierto, la mayoría de personas deprimidas lo menos que quieren es “llamar su atención”. Es importante considerar las señales de advertencia como serias y no como actitudes pasajeras que se pueden ignorar.
Haga preguntas
Para muchos padres, hablar de salud mental, así como de educación sexual, es muy difícil. Algunos, prefieren no abordar a sus hijos sobre este tema, con la errónea idea de que, al preguntar, sembrarán la idea del suicidio en los pensamientos de sus adolescentes. Siempre es buena idea preguntar, aunque cueste. Algunas veces ayuda explicar el por qué pregunta, por ejemplo, podría decir: “He notado que mencionas demasiado tus deseos de estar muerto. ¿Has pensado intentar matarte”?
Obtenga ayuda
Si se entera de que su hijo piensa en el suicidio, obtenga ayuda profesional inmediatamente. Evite hacer el papel de psicólogo y tratar de aconsejar sino sabe muy bien qué decir, también evite a toda costa reprender, esto solo hará que su hijo se aleje y le oculte cosas. Sepa, de igual manera, que con darle palabras de aliento a su hijo no va a solucionar el problema.
Si concertó una cita con un profesional de salud mental, asegúrese de no faltar a la cita, aún si su adolescente dice que se siente mejor o que no quiere ir. Los pensamientos suicidas tienden a ir y venir, por ello, es importante que su hijo obtenga ayuda que le facilitará desarrollar las habilidades necesarias para disminuir la posibilidad de que pensamientos y comportamientos de suicidio surjan de nuevo. En caso de que vuelvan a surgir, que sepa cómo afrontarlos y qué medidas debe tomar.
Si su adolescente se negara a ir a la cita, hable de esto con el profesional de salud mental y considere asistir a la sesión y trabajar con el médico para asegurar que su adolescente tenga acceso a la ayuda que necesita. El psicólogo también puede asesorarlo para desarrollar estrategias que motiven a su adolescente a que desee obtener ayuda.
Recuerde que conflictos continuos entre un padre y su hijo pueden empeorar la situación para un adolescente que se siente aislado, no comprendido, que no vale nada o suicida. Consiga ayuda para dar a conocer los problemas de familia y resolverlos de manera constructiva. También informe al profesional de salud mental si existen antecedentes de depresión, abuso de alcohol o drogas, violencia en la familia u otros factores estresantes en el hogar, como un entorno de constante crítica.
Si perdió un hijo por suicidio
Para los padres, la muerte de un hijo es la pérdida más dolorosa que cualquiera puede experimentar, si la muerte fue por suicidio el dolor y la pena son aún mayores. Aunque el dolor tal vez nunca desaparezca por completo, los sobrevivientes de un suicida pueden tomar medidas para iniciar el proceso de recuperación:
- Mantenga el contacto con los demás. El suicidio puede ser una experiencia muy aislante para los miembros sobrevivientes de la familia ya que amigos a menudo no saben qué decir o cómo ayudar. Rodéese de personas positivas que le den su apoyo para hablar con ellas acerca de su hijo y sus sentimientos.
- Recuerde que otros miembros de la familia también están sufriendo y que todos expresan dolor de su propia manera. Sus otros hijos, especialmente, pueden tratar de enfrentar su dolor por su cuenta para no molestarlo con preocupaciones adicionales. Estén presentes el uno para el otro entre todas las lágrimas, el enojo y los silencios y, de ser necesario, busquen ayuda y apoyo activamente juntos.
- Busque ayuda profesional en conjunto. La pérdida por suicidio es un trauma demasiado fuerte que probablemente quiebre piezas en su interior y en el de sus seres queridos. Esto puede desencadenar el desarrollo de condiciones de depresión y ansiedad, las cuales deben ser tratadas y superadas en conjunto con un profesional experto.
- Esté consciente de que los aniversarios, cumpleaños y días festivos podrían ser difíciles. Los días importantes y los días festivos a menudo despiertan los sentimientos de pérdida y de ansiedad. En esos días, haga lo que considere mejor para sus necesidades emocionales, ya sea rodearse de la familia y de amigos o pasar un día tranquilo para reflexionar.
- Los grupos de asesoramiento y de apoyo pueden contribuir de manera significativa para ayudarlo a reconocer que no está solo. Algunos miembros de familia se unen a redes de prevención del suicidio. Es necesario educar no solo a los alumnos, sino también a los padres y maestros.
- Comprenda que es normal sentirse culpable y preguntar cómo pudo pasar esto, pero también es importante reconocer que es posible que nunca obtenga las respuestas que busca. La recuperación que se lleva a cabo con el tiempo resulta de alcanzar el perdón, tanto para su hijo como para usted.
Readaptación del artículo: Acerca del suicidio de adolescentes, de Kids Health. Puede encontrar el artículo original aquí.
[1] Organización Mundial de la Salud, https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide
[2] Tasa de mortalidad por suicidio por cada 100 mil habitantes. Datos Banco Mundial 2016, https://datos.bancomundial.org/indicador/SH.STA.SUIC.P5?name_desc=false&view=chart