El Salvador cuenta con una Ley de Salud Mental[1] desde 2017 que resalta los principios y objetivos para mejorar la salud mental de su población. No obstante, los desafíos en el tema siguen activos.
No es raro indignarnos ante la falta de acceso de servicios de salud en la población salvadoreña. Hemos visto cómo pacientes tienen que esperar largas horas para ser atendidosu y no contar con medicamentos de manera oportuna. De la misma forma, nos deberíamos indignar que varias personas viven mucho tiempo de su vida con algún problema de salud mental y sin contar con atención ni medicamentos.
Las carencias aún son evidentes. De acuerdo con el Ministerio de Salud (MINSAL), el sector público g con aproximadamente 66 profesionales para la salud mental en 2017. Dicho sector recibió 101,093 personas durante el año 2016 para consultas sobre trastornos mentales, por lo que cada profesional tuvo que hacerse responsable de 1532 casos en promedio[2]. En el período 2011-2015, únicamente 17 egresados de los 622 en total (2.7%) escogieron psiquiatría como su especialidad médica[3]. Además, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (2014), El Salvador destina a salud mental únicamente el 1.1% de su gasto total en salud.
Podemos inferir que el número de casos atendidos está subestimado. Muchos de nosotros conoceremos a (o somos) alguien que necesite atención en salud mental. Desgraciadamente, el estigma no nos deja ver estos trastornos como lo que son, unas enfermedades, y de tal manera no se acude al doctor como en el caso de un padecimiento gastrointestinal o respiratorio.
¿Qué perdemos al no tratar los trastornos mentales?
Si lo vemos de manera económica, al no tratar los trastornos mentales, las personas pierden productividad. Del mismo modo pierden bienestar, el cual a su vez es importante para su desarrollo humano. Existen diferentes maneras de medir esta pérdida en la sociedad, pero en este artículo nos basaremos en los años de vida saludables perdidos ajustados por discapacidad (AVAD)[4].
Los AVADs miden la brecha entre la situación de salud actual de un país con respecto al ideal en donde la población vive hasta una edad avanzada sin enfermedad o discapacidad[5]. Bajo esta definición, al contar con enfermedades o discapacidad entre sus habitantes, un país pierde el posible ingreso que estas personas hubieran ganado al estar saludables.
Los cambios en AVADs están determinados por dos fuerzas. En primer lugar, éstos incrementan con la intensidad y duración de la enfermedad. Entre más secuelas deja la enfermedad, se pierden un mayor número de años. En segundo lugar, los AVADs son inferiores si la enfermedad no es tan común, debido a que su prevalencia es pequeña, se acumulan un menor número de años perdidos.
Las enfermedades de salud mental reducen la calidad de vida de los salvadoreños. El gráfico 1.A. compara el ratio de AVADs por 100,000 habitantes en El Salvador en el 2016 para diferentes enfermedades. Vale resaltar que la violencia interpersonal, enfermedades cardiovasculares y las enfermedades de salud mental son de las causas más importantes de la reducción de años de vida saludable en el país. La figura 1.B. explora los diferentes trastornos incluidos en la definición de enfermedades de salud mental. La adicción al alcohol, depresión y las autolesiones reducen los años de vida saludable en mayor medida.
Figura 1
AVAD por 100,000 habitantes por enfermedades en El Salvador 2016 |
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1.A. Enfermedades diversas | 1.B. Enfermedades de salud mental |
Fuente: Elaboración propia en base a GHDx (2018)[6] |
El Salvador es uno de los países que más pierde años de vida saludable por enfermedades de salud mental en América Latina. La figura 2 muestra los resultados para la región, puede observarse que los AVAD por 100,000 habitantes en El Salvador son más altos en comparación de otros países. Las principales causas detrás del alto valor para hombres son los trastornos por consumo de alcohol y autolesiones. En el caso de las mujeres, la depresión y la ansiedad juegan un rol más importante.
Figura 2
AVAD por 100,000 habitantes en salud mental por género en América Latina 2016 |
Fuente: Elaboración propia en base a GHDx (2018) |
¿Cuánto cuesta dejar sin tratamiento a los trastornos mentales de la población salvadoreña?
Para estimar los costos económicos asociados a los AVAD en El Salvador se utiliza el PIB per cápita del país a precios constantes medido en dólares[7]. Dicha medida nos permitirá comparar los resultados para el período diferentes años. De esta manera contabilizamos el valor monetario de la pérdida por AVAD. En 2016, al dejar sin tratamiento a estas enfermedades, el país pierde 2.48% de su PIB total[8]. Esto representa 537 millones de dólares, lo que equivale a la construcción de 13 hospitales nacionales de la mujer, tal como el inaugurado en 2014 por el Presidente Funes[9].
Dada su relevancia en la economía del país, ya no debe quedar duda sobre que la salud mental es un tema importante en la realidad del país. De nosotros depende dar los siguientes pasos para tratar estas enfermedades a tiempo, cuando su costo es menor, y así reducir la pérdida que se ha causado todos estos años en El Salvador por ignorarlas y dejarlas pasar. Sin lugar a dudas, invertir en salud mental hace sentido y es un tema de agenda que los gobiernos deberían de tratar como prioridad para tener habitantes con mayor bienestar social y productividad.
*Gracias a Laura Arévalo por la ayuda con los datos, sus sugerencias y edición.
Autora: Ivette Contreras. Máster en Desarrollo Económico Internacional. Estudiante de Doctorado en Economía. Ha trabajado y elaborado consultorías en diversas multilaterales como: Banco Mundial, OIT, CEPAL, PNUD entre otros.
[1] Ley de Salud Mental. Acceso en: https://www.asamblea.gob.sv/sites/default/files/documents/decretos/171117_073751148_archivo_documento_legislativo.pdf
[2] Entrevista a Arturo Carranza, Jefe de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública (MINSAL) publicada en La Prensa Gráfica el 16 de mayo de 2017. Acceso en: https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/66-profesionales-para-la-salud-mental-del-pais-20170516-0082.html
[3] Ministerio de Salud (2018). Informe de Labores 2016-2017.
[4] DALYs en inglés
[5] Definición tomada de OMS. Acceso en el sitio web: http://www.who.int/healthinfo/global_burden_disease/metrics_daly/en/
[6] Acceso en: http://ghdx.healthdata.org/gbd-results-tool
[7] World Development Indicators (2018). El año base es 2010.
[8] Estimación propia en base a WDI (2018), OMS (2017), GHDx (2018).
[9] Ministerio de Salud (2014). La inversión por el Hospital Nacional de la Mujer fue de 41 millones. Acceso en: http://w2.salud.gob.sv/novedades/noticias/noticias-ciudadanosas/270-enero-2014/2268–22-01-2014-el-nuevo-hospital-de-maternidad-presenta-un-95-de-avance.html